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La INTENSIDAD DEL TÍBET


Intensidad”, esta es la palabra que debe aplicarse a muchos aspectos del Tíbet.

Se debe aplicar a la increíble resistencia de sus gentes a todo tipo de extremas adversidades. La batalla ha sido largamente pacifica, de sufrimiento hasta el límite, como un juego de esencial paciencia y tolerancia.

Pero la situación actual tiene que haber sido orquestada desde la resistencia exiliada cómodamente. Los siempre pacíficos monjes no salen a la calle a protestar frente a unas bien armadas tropas militares Chinas, simplemente porque se acercan los Juegos Olímpicos. No es justo que los que sufren en Tíbet sean los que además tengan que pelearse y enfrentarse a tropas militares. Y los que están en India y por todo el mundo prediquen la paz y se lleven los grandes premios y dirijan todo el “saro” desde sus cómodos sofás.

AQUÍ NO SE SALVA NADIE!!!!!

Sé que el mundo no es justo, que es complejo pero que el COI se limite a decir que en Pekín el nivel de contaminación es muy elevado ya me parece vergonzoso!!!

Todo es muy "intenso"…

Intensidad” captura el sentimiento del paisaje tibetano. La intensidad de los colores a esta altitud es extraordinaria; con lagos de aguas azules procedentes de glaciares, campos amarillos de mostaza, profundos colores rojos y marrones de los paisajes áridos y después aparecen las eternas cumbres nevadas del Himalaya.
Y cuando te encuentras delante de la cumbre más alta del mundo con esos colores claros, con una ventisca que hace que el cielo sea del color “azul cielo” más increíble que nunca habías imaginado, lloras y la sensación de haber alcanzado otro de los sueños de tu vida es muy “intensa”…

Viajar al Tíbet es una aventura asegurada. La combinación del extraordinario paisaje y su extraordinaria gente hace que el Tíbet sea muy especial. Y cuando te vas solo piensas en volver. Pero viajar al Tíbet presenta cuestiones éticas y la primera es ¿debería ir? ¿Debería poner dinero en los cofres Chinos que mantienen a sus tropas en Tíbet? La mayoría de los negocios turísticos están en manos de Chinos y la mayoría de la agencias de viajes están llevadas por militares.
Pero si preguntan al Dalai Lama el siempre responde:”Si, id al Tíbet y después contad al mundo todo lo que habéis visto”.

Ya!, pero él con todos mis respetos, sigue cómodo en su sofá y en Lhasa esta semana han muerto varias personas y estoy segura que la decisión de revelarse y manifestarse no ha sido decisión unilateral suya, y, y, y….es todo tan complejo, tan INTENSO!!!. Y sé que esta reflexión es muy pueril pero al fin y al cabo, los niños son los que ven las cosas con más claridad y necesitan menos ornamentación para explicarlas.

Pero espero volver algún día al Tíbet y ver cómo ha crecido mi amigo Tashi, tibetano de Rongbuk que quizás todavía no sabe lo que está pasando en Lhasa; y saber cómo le va a Jamba y a su hija; y a Patú con su coche…

(La foto es de mí amigo Tashi con su padre y su tío en Rongbuk,5.050mts.,s.n.m ,del Campamento Base del Everest).