2:04

Hasta luego Tommy....

Recuerdo a mi cuñado Tommy diariamente junto con mi marido, su hermano.

Murió el día 28 de Diciembre, el día de los “Santos Inocentes”, de repente, sin avisar. Y es que él era así, siempre haciendo bromas. Pero esta ha sido la broma más macabra que nunca he visto!!!
Tommy, apodo familiar y cariñoso, Toni o Antoni como quería que le llamáramos, vivía la vida de una forma intensa, explorándola y disfrutándola como nadie. La vivía de una forma armoniosa, sosegada. Con tranquilidad y a la vez con mucha actividad. Tenía muchos planes y siempre estaba con algún proyecto.
Era una persona que irradiaba sencillez, simpatía, felicidad. Era ocurrente y podía alardear de un magnífico sentido del humor. Racional, sin ningún complejo, sabía disfrutar de los pequeños detalles diarios. Sagaz y sarcástico, tenía un buen carácter.
Amigo de sus amigos.
Su gran virtud, la GENEROSIDAD. Generosidad para compartir su vida, sus anhelos, sus sentimientos, su alegría y su simpatía, su amabilidad y sinceridad, su sonrisa y su carcajada diaria. Su amor por la vida.

Era de esas personas que saben vivir y que merecen vivir, por que no menospreciaba a nada ni nadie.

Y es por todo ello que tenía muchos amigos. Amigos de verdad!

Nunca le olvidaremos. Ha dejado un gran vacío y dolor en su familia.

Intentaré ayudar a que sus hijos sigan sus enseñanzas. Que continúen por el buen camino que hasta ahora les había llevado su padre y que le tengan siempre presente como un ejemplo.
No debe preocuparse por ninguno de ellos. Tampoco por su mujer y su madre, por las que también velaré junto con mi esposo Eduard, que es muy parecido a él (más de lo que los dos creo que nunca habían sospechado). Cuidaré de Eduard, mimándolo, animándolo y queriéndole más que nunca, para que el vacío y el dolor que está sintiendo, cada día remita un poco más.

Seguiremos hablando de ti para recordarte diariamente, constantemente, eternamente, para que compartas nuestras vidas y vivamos un poco por ti.
No es justo lo que ha pasado. Tampoco es lógico, pero no podemos cambiar nada, así que deberemos aprender ha convivir con tu ausencia.
Pero haremos que sigas entre nosotros siempre, hablando y pensando en ti diariamente.
Y estoy segura que dirías: Ah! Si…, ja, ja, pero vosotros envejeceréis y yo siempre tendré 48 años!!!!
Toni, nos has dado una lección a todos hasta el final. Simplemente no volvimos ha hablar contigo al día siguiente.

Un petó bónic!.